La necesidad de velocidad y agilidad en las empresas digitales actuales exige cambios en la infraestructura de TI, concretamente una migración a arquitecturas nativas dela nube y la adopción de DevOps (del inglés, desarrollo-operaciones). Este cambio ha llevado a muchas empresas a adoptar el uso de contenedores, microservicios y Kubernetes (K8s) para mejorar la eficiencia y la escalabilidad de los procesos de desarrollo y sentar la base de una infraestructura inmutable de nueva generación. Además, la integración continua/entrega continua (IC/EC) introduce la automatización y la supervisión permanentes a lo largo del ciclo de vida de las aplicaciones, desde la integración y las pruebas hasta la entrega y el despliegue, lo que redunda en una aceleración de la innovación. Este cambio hacia el modelo de IC/EC no está exento de riesgos, y los equipos de infraestructura, DevOps y seguridad buscan formas de garantizar que los contenedores y microservicios sean seguros y cumplan las normativas, además de eliminar los ángulos muertos de seguridad. Los contenedores introducen un nuevo entorno y una estructura de administración diferente con Kubernetes, y para los equipos de seguridad es difícil adaptarse al cambio. El resultado es un aumento del riesgo debido a la falta de visibilidad; enfoques fragmentados para detectar y prevenir las amenazas; errores de configuración para las cargas de trabajo y contenedores en la nube y sin servidor; y la incapacidad de garantizar el continuo cumplimiento de las normativas.